Pau: historia y etimología del nombre de la bella capital de Navarra Norte

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Pau: historia y etimología del nombre de la bella capital de Navarra Norte Jakobe Palazio Artatzako El propósito de este artículo es doble. Por una parte, animar a todos los nafarzales a visitar la bonita ciudad de Pau, capital del Bearne o Biarno, y vieja capital de la Navarra del Norte; y, por otro, publicar una hipótesis más sobre el origen del topónimo Pau.

Tras la invasión por las tropas del duque de Alba en 1512, el estado navarro llevó su capital al norte de los Pirineos, siendo los pueblos de las regiones navarras de Bearne, Bigorra y del cantón de Garazi con las poco pobladas tierras de las Landas y Labrit el refugio de los hombres y mujeres navarros que tuvieron que dejar sus tierras en el sur y establecerse en las poblaciones norteñas del viejo estado europeo. Incluso las tierras norteñas por aquellos inicios del siglo XVI también fueron acechadas e invadidas por las tropas del rey aragonés Fernando el Farsario, que en agosto de 1521 también se adueñó de Donibane Garazi. Esta ciudad, puerta del valle de Zize, junto con Donapaleu y Pau han sido pueblos importantes en la historia de Navarra en los últimos 400 años. Las cortes de Navarra en el Norte de los Pirineos mantuvieron vivo al estado navarro, que en sistema de monarquía se mantuvo durante siglos desde que los propios vascos tras las batallas de Orreaga se dieran un rey y crearan un estado con moneda, ejército y leyes propias que configuraron el tan admirado derecho pirenaico. En este contexto, los monarcas Johan de Albret y Catalina, junto con los sucesores de la corona navarra fueron durante muchos años manteniendo la llama de las aspiraciones de la población vasca que deseaba mantener su estado, en contraposición a otra parte de la población que fue mayoritaria en el oeste conquistado y que se unió al rey farsario para aniquilar lo que quedaba del sur del estado con capital en Iruña.

Tras esta breve introducción al tema y queriendo saber más sobre la Navarra norpirenaica, llegamos a las llanuras de Pau, tierra que mira a los Pirineos y que aún conserva las costumbres vasconavarras, sin olvidar que Biarno incluso tiene pueblos occidentales que mantienen la lingua navarrorum (Eskiula y Jeruntze). Es tierra de buen queso y del gran vino real de Jurançon, el vino blanco dulce del buen rey navarro Enrique III. Y es precisamente este rey navarro, el protagonista del famoso castillo fortaleza de Pau. El castillo es la gran atracción turística de la bella ciudad de Pau, con una famosa universidad y el edificio del Parlamento de Navarra como otras dos atracciones que pueden despertar la curiosidad de los sureños navarros. Por un precio de 7 euros se puede ver toda una gran fortaleza en la parte vieja de la capital bearnesa. El castillo está situado en la zona sur del primogénito barrio de Pau, una zona llana que tiene en su parte vieja un excelente balcón a las tierras bajas vitiviníolas de la comuna de Jurançon y de Gan. Y menciono Gan con su Bastida, porque realmente es una localidad preciosa que merece ser visitada, población que nos sirve de paso hacia la estación de eski de Gourette y del famoso paso ahora comercial de Portalet en pleno Pirineo. Pero un poco más hacia el oriente en esos valles del Pirineo norteño, existe una montaña que lleva el nombre de Pic du Midi en plena región contigua de Bigorra, que nos puede ayudar a entender lo que son las tierras de la Gave o río de Pau. Tras subir con el telesférico al Pic du Midi se puede apreciar la grandeza de las montañas pirenaicas y a su vez, ver las tierras llanas hacia las que van las aguas de esas montañas heladas en invierno. Las tierras de Pau son llanas, y fue precisamente el navarro de Munitibar Erramun Gerrikagoitia el que me lanzó la hipótesis sobre el significado de Pau, en cuanto a que pueda venir de la palabra vasconavarra con significado de “llano”, que en euskara ha dado los término “lau” y “pau”, siendo su etimología, la latina de “planus” o llano. El topónimo pierde la letra ele, que es sustituida por la pe inicial. Incluso me acordé que en la región encartada del oeste navarro ha quedado Llantada como apellido y ónoma que sustituiría a “llanada” o “lautada”, como actualmente se dice hoy en día en euskara, siendo variantes Lantada y Plantada. Como se ve, la alternacia entre “pau” y “lau” es lógica teniendo en cuenta la raíz del topónimo navarro de Pau.

Otra hipótesis habla de la etimología, procedente de la palabra “empalizada” con su raíz “pal” de la que cogería su forma actual. Sea como fuera, Pau es una ciudad de unos 100 mil habitantes que conserva sus lazos con las poblaciones más occidentales navarras, y que con su alcalde centrista François Bayrou ha frenado algo el aniquilamiento cultural e histórico que el Estado francés ha llevado durante doscientos años en estas tierras. Gracias a ello, aún no se han quitado los vestigios del reino navarro en aquella ciudad, con empresas que llevan el nombre de Navarre o banderas rojas en el castillo museo nacional que guarda los tesoros de los Albret. Y uno de ellos es el caparazón de tortuga en el que estuvo el recien nacido rey navarro Enrique el Bueno. En definitiva, un navarro amante de la historia de su pueblo debiera tener a Pau entre sus lugares a visitar, al igual que Naiara o Iruña, bonitas poblaciones con un pasado histórico relevante. Así sea, siquiera por aprender lo que fuimos; y las generaciones venideras tendrán información de ello si así se lo inculcamos.

- Jakobe Palazio Artatzako -

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