La irrupción de Libertate nafarra en el panorama político de Navarra está generando algunas dudas entre los simpatizantes y personas en general que durante la campaña y a su término se acercan a la formación. Fuentes cercanas a la formación independentista recalcan el marchamo rupturista de Ln, ya que, de facto, propugna el fin de la conquista continuada de Navarra a manos de España y de Francia. Ahora bien, con la misma intensidad con la que reivindica la recuperación del Estado navarro, el programa político del partido está en consonancia con los valores tradicionalmente atribuidos a las formaciones de izquierda.
Tal es así que la asamblea de Libertad navarra prepara ya una próxima asamblea en la que se perfilará la estrategia a seguir en 2016 y cuya convocatoria depende en gran medida de los nuevos retos surgidos tras el importante progreso que el partido ha experimentado en materia de voto. Se trata de un paso más que imprescindible habida cuenta de la próxima cita electoral de mayo, pero aún más crucial con vistas a una mayor profundización en la raigambre progresista de la formación. A lo largo de la campaña electoral, Libertate nafarra ha abundado en un discurso contrario a las lacras que aquejan a la sociedad civil navarra conquistada: el fraude fiscal causado por el impago del impuesto de sociedades; el impuesto colonial disfrazado de convenio y concierto económico; el despilfarro y manejo fraudulento por parte de los partidos hegemónicos en Navarra; los desmanes de las políticas neoliberales de la Troika; la ausencia de una fiscalidad progresiva; o la necesaria recuperación de una Hacienda propia navarra que permita a Navarra hacer frente a sus retos y acabar con la conquista. Ln seguirá manifestando que las citadas deficiencias tienen su origen en el sometimiento del Estado navarro.
Se trata de un talante político que pretende rescatar los fundamentos del Derecho Pirenaico que está en la base de la convivencia social de nuestro Pueblo. Ello no quiere decir, ni mucho menos, que Libertate nafarra sea un partido anclado al pasado. En todo caso, la formación independentista desea rescatar los valores fundacionales del Estado navarro y adaptarlos a la política del siglo XXI. Ello incluye, obviamente, una clara apuesta por la República como modelo de estado ideal. Sin embargo, el partido pondrá siempre el acento en la recuperación de la estatalidad, ya que de nada serviría enarbolar una bandera republicana – menos aún si esa enseña es española – cuando la sociedad civil navarra no ha dado aún el primer y prioritario paso de desconectarse de España y de Francia.
